El hombre de la puerta 29


El Sevilla Fútbol Club vive institucionalmente tiempos convulsos: Denuncias ente la Fiscalía; dimisiones en el Consejo; filtración de datos del Registro de Accionistas; exacerbados intentos de compra de acciones para incrementar sus paquetes los más poderosos; despido de empleado por deslealtad; etc.

Los medios de comunicación, ávidos de obtener cualquier comentario más o menos relevante y contrastado al respecto, publican escuálidas líneas de información para dar la primicia a sus lectores / oyentes. Algunos, casi en tonalidad amarillenta. En ese mar por el que navegan, han olvidado anotar en su cuaderno de bitácora, esa particular ínsula Barataria del sevillismo, donde solamente habita más del 90% de sus accionistas.

Sí, esos en los que está pensando. Esos que cuando el Club les necesitó, no dudaron. Esos que compraron, con mucha dificultad la mayoría, la porción que podían. Ninguno con ánimo de lucro inversor. Para ellos ni una línea, y menos, un titular. No venden, no interesan. Las cuitas entre los poderosos, sí.

En los últimos días, con esto de la tramitación del reparto de dividendos, y mi consiguiente visita al Estadio, emergió la figura del hombre de la puerta 29. Tarde gélida con viento fuerte, y cayendo chuzos de punta. Escenario alejado de Sevilla, pero tan real como las 5 UEL que lustran nuestro palmarés.

Bajo los soportales me abordó con amabilidad, entregándome un documento de agrupación, y pidiéndome que estudiara unirme a Accionistas Unidos.

Le veo a menudo junto a la puerta 29. Nos saludamos, conversamos, vamos haciendo relación, y no deja de sorprenderte su figura cada día. Él no es un accionista más. Es un accionista relevante en el Libro de Accionistas del Club, y ahí está, a diario. Defendiendo y alentando a los que por allí pasamos, a que no facilitemos la llegada de grupos inversores, y nos agrupemos para evitarlo.

Desde el Consejo se pretende ignorar su presencia junto a la puerta 29. Llego a pensar, que hasta incomoda. Desde los coches los consejeros y empleados le miran de reojo. Ni una visita, ni un saludo.

Anoche me contaba que ya había conversado e informado a más de 300 accionistas. Sin incomodar a accionistas llamando a sus teléfonos, visitando sus domicilios, colocando anuncios en prensa, y mucho menos, ofreciendo dinero como están haciendo los poderosos. Allí, solo, junto a la puerta 29.

Poco antes de despedirnos me dijo frases que me quedaron grabadas “… Si al final nos quitan nuestro Sevilla, mi conciencia estará tranquila. Hice todo lo que pude.”; “… Esta no es una lucha entre poderosos buenos y poderosos malos, no perdamos el norte. Es una lucha entre los que van a vender, y los que no vamos a vender.”

Ante tan admirable e impresionante labor de este sevillista ejemplar, que siente su pasión hasta límites inescrutables, no tuve dudas –igual que en 1992 o 1998 cuando el Club me pidió ayuda–, me agrupé a Accionistas Unidos.

¡Conózcanle! ¡visítenle!… Sevillismo incondicional a “jierro”.

Pepe Arjona, socio y accionista del Sevilla F.C.

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